Aunque la lipoescultura tiene muchas ventajas, entre ellas la mejora de la autoestima, la mejora de la salud por la grasa eliminada o la mejora del aspecto físico por la desaparición de la celulitis, los efectos de la liposucción sólo son duraderos en la zona que se trató en el momento de la intervención.
Sin embargo, es fundamental evitar caer en comportamientos nocivos que, en última instancia, podrían socavar el resultado. Hay que tener en cuenta una serie de factores de nuestra vida cotidiana para preservar los resultados de la liposucción.
La dieta y el ejercicio son esenciales para prevenir la reaparición de la grasa
El paciente debe modificar sus pautas de vida para impedir que la grasa se extienda a otras zonas de su cuerpo.
Tras la fase postoperatoria, que no suele durar más de un mes, deben reanudar el ejercicio con frecuencia. Además, se aconseja que los pacientes realicen alguna actividad moderada en los días posteriores a la cirugía.
El mejor ejercicio para el postoperatorio es caminar, ya que no sólo ayuda a quemar calorías, sino que también previene problemas postoperatorios como los coágulos sanguíneos.
El deporte nos ayuda a aliviar el estrés y produce hormonas como la serotonina, la dopamina y las endorfinas que nos hacen sentir más felices y tranquilos, por lo que tiene una enorme influencia en nuestra salud mental y emocional, además de en nuestra salud física. También favorece nuestra relajación y el sueño, minimizando el cansancio provocado por patrones de sueño perezosos y favoreciendo la beneficiosa rueda.
La dieta es el segundo comportamiento que hay que modificar. El dicho “somos lo que comemos” es muy exacto. Si el paciente vuelve a comer normalmente después de una liposucción, es probable que la grasa empiece a aparecer en otras zonas del cuerpo. Para evitarlo, es fundamental mantener una dieta sana y equilibrada.
La base de la dieta debe consistir en frutas y verduras, mientras que las proteínas deben proceder de pescados o carnes magras. Lo mejor es evitar el consumo de azúcar, carbohidratos simples y grasas saturadas, o al menos consumirlos con moderación. Una dieta sana no sólo es suficiente para evitar la aparición de grasa, sino que también es necesaria para mantener el cuerpo humano en plena forma, debemos subrayarlo una vez más.
Cuida tu bienestar emocional
El estrés y las preocupaciones pueden repercutir negativamente en nuestra salud, nuestros hábitos alimentarios y nuestro organismo en general. En determinadas situaciones, estos factores pueden hacer que los pacientes experimenten fluctuaciones extremas de peso, que debemos evitar absolutamente después de una liposucción, aunque no siempre seamos conscientes de su importancia.
Lleva un estilo de vida saludable antes de someterte a una lipoescultura
La verdad es que si estas actividades y comportamientos ya forman parte de tu rutina antes de la cirugía, te resultará más sencillo mantenerlos.
Podrás mantener ese estilo de vida a lo largo del tiempo y disfrutar de tu nuevo físico durante años si determinas de antemano el equilibrio óptimo entre alimentación y ejercicio.
En Lipoescultura Zaragoza hemos realizado operaciones de lipoescultura que superan las expectativas de los pacientes. Llámenos ahora mismo para concertar una consulta.
